
¿Quién dijo que el campo era aburrido? Este septiembre, mientras muchxs vuelven a la oficina con cara de “otra vez madrugones”, en Mr Gay España te decimos que cojas la mochila, las gafas de sol y a tu novio (o a tu crush de Grindr, no vamos a juzgar) y te lances a descubrir que el orgullo también se celebra en los pueblos.
Sí, lo sabemos: septiembre no suena a verano, pero tiene un planazo escondido. Temperaturas suaves, menos turistas y un rollo mucho más auténtico. Así que aquí va nuestro Top 5 escapadas rurales con mucho glitter. Prepara cámara, stories y tu mejor pose, porque hasta los gallos del corral van a querer salir contigo.
1. El Barco de Ávila: murallas, montaña y judías con sabor a hogar
Empezamos en El Barco de Ávila, donde las murallas medievales parecen sacadas de Juego de Tronos pero con menos dragones y más judías. Sí, aquí las judías de El Barco son casi religión, y después de un plato, te aseguramos que te harán sentir abrazadx desde dentro.
Un lugar perfecto para perderte por la ribera del Tormes, hacerte selfies con las montañas de Gredos al fondo y acabar la tarde con un vino que entra solo. Además, es de esos sitios donde puedes pasear de la mano sin dramas: porque sí, en Ávila también se puede ser muy gay y muy medieval a la vez.
2. Bocairent: cuevas moriscas y calles que suben al cielo
Si eres de lxs que aman un buen cardio, Bocairent es tu sitio. Sus calles son tan empinadas que mejor que lleves deportivas (o tacón chunky, cada unx con su estilo). Este pueblo valenciano es como un parque temático de la Edad Media, con casas colgadas y las famosas cuevas moriscas que te hacen sentir explorador por un día.
Aquí el plan es perderse sin prisa, parar cada dos pasos para hacer fotos y terminar brindando en una terracita con la sensación de que has viajado en el tiempo. Eso sí, prepara las piernas, porque las cuestas de Bocairent no perdonan ni a los glúteos de gimnasio.
3. Hornachos: la joya árabe de Extremadura
En medio de Extremadura, entre encinas y sierras que parecen sacadas de El Señor de los Anillos versión ibérica, está Hornachos, también conocido como el “nido de águilas”. Y ojo, que aquí las águilas son de verdad, no hablamos de los buitres que te escriben a las 3 de la mañana por apps.
El pueblo tiene una alcazaba árabe en ruinas que te mira desde lo alto y una Sierra Grande que parece diseñada para subir sudando, pero con estilo (sí, aquí tus mallas del gym se revalorizan). Y el plan es sencillo: respiras aire puro, haces stories desde el mirador y presumes de “finde rural” mientras el resto de tus amigos está atrapado en la M-30.
Hornachos es de esos sitios que te reconcilian con la vida slow, pero ojo: no te confíes, porque cada rincón pide foto y cada subida de montaña es un leg day encubierto. Aquí vienes a desconectar, pero también a presumir.
4. Zahara de la Sierra: blanco, agua y montaña en Cádiz
¿Quieres un feed de Instagram de 10? Pues apunta: Zahara de la Sierra. Un pueblo blanco de Cádiz que parece pintado con Tippex sobre un paisaje de montaña y embalse. La foto desde arriba, con las casitas encaladas brillando bajo el sol, es material para portada de revista.
Aquí tienes de todo: castillo, senderos, rutas de montaña y hasta deportes acuáticos en el embalse (sí, tu neopreno también puede ser sexy). Y si vas en pareja, prepárate para atardeceres de los que piden beso con banda sonora de Rocío Jurado de fondo. Drama, romanticismo y mucho sur.
5. Valle de Tobalina: orgullo en el balcón de Burgos
Cerramos el ranking con un destino que este septiembre tiene nombre propio: el Valle de Tobalina (Burgos). Y es que aquí será pregonero Hugo Marijuán, Mr Gay País Vasco 2025. Sí, nuestro Hugo, que vivió aquí casi una década, vuelve al pueblo no para fichar en la oficina del ayuntamiento, sino para subirse al balcón con banda y orgullo.
Un pregón que no solo inaugura fiestas, sino que inaugura también una nueva forma de ver la vida rural: con diversidad, visibilidad y cero armarios. Y nosotros, desde Mr Gay España, no podemos estar más orgullosos de ver cómo la España de los pueblos también se convierte en escenario de libertad.
El Valle de Tobalina, además, es precioso: verde, tranquilo y con ese aire de comunidad que hace que termines la fiesta bailando con la misma gente que te vio comprar pan por la mañana.
El campo también es orgullo
Este septiembre, mientras algunxs hablan de la “vuelta al cole”, tú puedes estar subiendo cuestas en Bocairent, comiendo judías en El Barco de Ávila, contemplando las águilas en Hornachos, posando en Zahara de la Sierra o aplaudiendo el pregón de Hugo en el Valle de Tobalina.
Porque sí, el orgullo también se va de pueblo. Y no hay nada más sexy que reivindicarlo con tu mejor sonrisa, tu outfit rural-chic y un buen filtro para stories.