Si pensabas que ya habías visto suficiente drama, cariño, ponte cómoda porque Miss Universo 2025 ha superado todos los capítulos de Rebelde juntos. En Bangkok se ha producido un desfile de egos y lágrimas. Y claro, aquí en Mr. Gay España te lo traemos calentito, con extra de salseo y cero censura.
Todo empezó cuando el director de Miss Universo Tailandia, Nawat Itsaragrisil —un señor que parece que se levantó con el ego más inflado que los cereales de maiz con miel típicos de nuestra infancia— decidió llamar “tonta” a Fátima Bosch, la representante de México. ¿El motivo? Que la reina no había cumplido con unas promociones. Sí, por no subir stories y posar con una marca. Como si la inteligencia y la elegancia se midieran en “engagements”.
La cosa se descontroló más rápido que una copa de vino en Chueca: las concursantes se levantaron en bloque y la actual Miss Universo, Victoria Kjaer Theilvig, salió en defensa de la mexicana. ¡Aquello parecía Eurovisión con votos cruzados!
El presidente mexicano de la organización no tardó en reaccionar y amenazó con acciones legales y hasta con sacar a México del certamen. “No vamos a tolerar faltas de respeto”, dijo. Mientras tanto, el director tailandés se marcó un “perdón mundial” en rueda de prensa: lágrimas, mocos, y un discurso que parecía sacado de un reality. Dijo que “se le fue de las manos”. Claro, cariño, se te fue de las manos y del sentido común.
Y mientras tanto, Fátima, divina, serena, con más clase que toda la gala junta, aprovechó el momento para soltar una declaración de las que hacen historia: habló de respeto, de dignidad y de los derechos de las mujeres. Ni un temblor en la voz. Una reina de verdad.
Así que sí, mis gays y mis maricas de oro: el Miss Universo 2025 ha vuelto a demostrar que los concursos de belleza pueden tener más guion que una serie de Netflix. Pero también que cuando una mujer poderosa habla con fuerza, ni los trajes de lentejuelas pueden eclipsarla.
Que vivan las reinas que no solo llevan corona, sino también coraje.
Y que los certámenes sigan siendo lo que más nos gusta, un drama con brillo, poder y mucha, pero que mucha, purpurina.
