¡BOOM! El cine queer latino acaba de meter un golazo en toda la escuadra. “En el camino”, la nueva película del mexicano David Pablos, se ha llevado el Queer Lion 2025 en la 82ª edición del Festival de Cine de Venecia. Y no hablamos de cualquier premio: hablamos del reconocimiento más codiciado para el cine con temática LGBTQ+.

Trailero pero queer, cariño

La peli es una bomba: nos mete de lleno en el universo de los camioneros del norte de México, ese mundo de motores, sudor, carreteras infinitas y masculinidad tóxica a tope. Pero aquí no hay lugar para tópicos de machirulo sin camiseta.
En el camino cuenta la historia de Veneno, un joven fugitivo, y Muñeco, un camionero solitario. Entre paradas en la carretera, cachimbas polvorientas y miradas prohibidas, lo que surge es un vínculo clandestino, tierno y carnal que dinamita la homofobia y el machismo desde dentro.

El propio Pablos lo dice clarito: su objetivo era mostrar cómo se vive ser homosexual en un mundo ultramachista, atrapado en códigos absurdos de quién “da” y quién “recibe”.

Un premio histórico

El Queer Lion se entrega desde 2007 al mejor film con contenidos LGBTQ+ en Venecia, y nunca una película mexicana lo había ganado hasta ahora. Y la justificación del jurado fue tan clara como emocionante:

“Por el coraje de rodar en un entorno machista marcado por la violencia y la homofobia.
Por la audacia de mostrar una sexualidad carnal, explícita, real y sin filtros.
Por retratar un amor puro entre dos hombres, dos soledades, dos fragilidades que se aman y se salvan”
.

Vamos, que no se anduvieron con rodeos: En el camino es real, incómoda y absolutamente necesaria.

Realismo queer en carne viva

Rodada en Chihuahua y Ciudad Juárez, con actores naturales y estética brutalista, la peli huele a asfalto, sudor y deseo reprimido. La productora Inna Payán lo definió así: “un mundo maravilloso, erótico, peligroso… invisibilizado”.

La cámara de Pablos no maquilla nada: muestra la violencia, la vulnerabilidad, la ternura escondida en rincones donde nadie esperaba verla. Y sí, hay sexo. Sexo real, sexo queer, sexo que incomoda y libera a la vez.

Un triunfo que es más que cine

Con este premio, Pablos no solo suma un galardón a su carrera (recordemos El baile de los 41, otro retrato queer brutal), sino que abre puertas para el cine latino LGBTQ+ en los grandes escenarios del mundo. Y ojo: este mismo año, el director fue invitado a formar parte de la Academia de Hollywood. Vamos, que está en modo estrella ascendente.

En el camino demuestra que las historias queer no solo caben en los festivales más prestigiosos: se comen la alfombra roja, las butacas y el palmarés.

Desde Mr Gay España solo podemos decir: David Pablos, gracias por abrir carretera y enseñarnos que la diversidad también se conduce a 120 km/h por la autopista del cine.