La visibilidad LGTBIQ+ vuelve a estar en el punto de mira. No por una ley, ni por un veto institucional, sino por algo mucho más silencioso y difícil de combatir: los algoritmos de las grandes plataformas digitales.

Meta, la compañía detrás de Facebook, Instagram y WhatsApp, está siendo señalada por organizaciones internacionales y colectivos LGTBIQ+ por limitar, bloquear o invisibilizar contenidos queer en distintas regiones del mundo. Una tendencia que no responde a casos aislados, sino a un patrón que se repite, cuentas restringidas, publicaciones eliminadas y explicaciones que nunca llegan.

Contenido “sensible”, identidades reales

Los perfiles afectados no difunden odio ni desinformación. Hablan de identidad, diversidad, educación sexual, derechos y experiencias reales. Contenidos que forman parte de la vida cotidiana de millones de personas LGTBIQ+, pero que en el entorno digital empiezan a etiquetarse como “sensibles” o “no recomendables”.

Ilustraciones artísticas, mensajes educativos, campañas de visibilidad o simples representaciones del afecto queer están viendo reducido su alcance o siendo directamente eliminadas. En muchos casos, sin previo aviso y sin una justificación clara.

Una censura que no entiende de fronteras

Lejos de limitarse a un país concreto, esta dinámica se extiende por Europa, América Latina, Asia y Oriente Medio. Plataformas que durante años han sido espacios de apoyo y referencia para comunidades LGTBIQ+ están perdiendo visibilidad justo donde más falta hace.

Para muchos colectivos, las redes sociales no son solo escaparates: son líneas de contacto, redes de apoyo y espacios seguros. Cuando una cuenta desaparece o queda silenciada, no se pierde solo alcance. Se pierde acompañamiento, información y comunidad.

Apelar no siempre es una opción

Uno de los mayores problemas es la falta de respuesta. Los sistemas de apelación rara vez ofrecen soluciones reales y, en demasiadas ocasiones, ni siquiera explican qué norma se ha infringido. El mensaje es claro: el algoritmo decide, y cuestionarlo es casi imposible.

Mientras tanto, las grandes plataformas insisten en que aplican las mismas normas para todo el mundo. Pero la realidad demuestra que los contenidos LGTBIQ+ siguen siendo los primeros en ser penalizados cuando entran en conflicto con criterios opacos y poco sensibles al contexto.

La visibilidad también es un derecho digital

Desde Mr Gay España lo tenemos claro: la censura digital no es neutra. Cuando se limita la visibilidad de las identidades LGTBIQ+, se refuerzan silencios que ya existen fuera de la pantalla. La lucha por la igualdad también se libra en el entorno online. Porque hoy, más que nunca, existir en redes es existir en el mundo. Y cuando un algoritmo decide quién puede mostrarse y quién no, lo que está en juego no es el contenido.

Es la dignidad.