El periodista Sergio López fue testigo de un episodio que, lamentablemente, refleja una realidad que seguimos enfrentando en 2025.

Durante un vuelo nacional, los reposacabezas lucían la bandera LGTBIQ+ como gesto de visibilidad y orgullo. Un símbolo sencillo, pero cargado de significado. Tres menores, de entre 10 y 13 años, decidieron arrancarlos mientras proferían frases como:

“Si me sale una hija maricón, la mato”
“La hago hombre”
“La llevo a pelear”

Más allá de la dureza de las palabras, lo más preocupante fue la reacción de los adultos que viajaban con ellos: lejos de reprenderles, parecían avalar su comportamiento.

La respuesta que marcó la diferencia

Sergio no dudó en actuar. Avisó a la tripulación y relató lo ocurrido. La sobrecargo, en un gesto firme y ejemplar, retiró los reposacabezas y frenó el incidente. Un acto que impidió que la situación continuase, pero que deja claro que la homofobia sigue teniendo espacio incluso en entornos donde debería imperar el respeto.

En sus declaraciones, Sergio reconoció el apoyo de la aerolínea, pero lanzó un mensaje que conecta directamente con nuestro trabajo:

“Este tipo de actitudes ya no son casos aislados. Ocurren con más frecuencia de lo que creemos, y a veces de la mano de las generaciones que deberían estar construyendo un futuro mejor.”

Una realidad que no podemos ignorar

Lo ocurrido en ese vuelo es un reflejo de algo mucho mayor. Según datos del Ministerio del Interior, casi un tercio de los delitos de odio en España (27,6 %) están motivados por la orientación sexual o identidad de género.

Además, los casos registrados de agresiones al colectivo han aumentado un 33 % en el último año.
Y los estudios sociológicos advierten: parte de las nuevas generaciones están reproduciendo prejuicios que creíamos superados.

Esto no es solo un problema de quienes atacan: es un problema social. Porque la homofobia se aprende. Y si se aprende, también se puede desaprender.

#StopLGTBIfobia: de la denuncia a la acción

En Mr. Gay España lanzamos la campaña #StopLGTBIfobia con un objetivo claro: que cada acto de odio sea visibilizado, denunciado y combatido. Que cada persona que lo presencie entienda que su silencio no es neutral, es cómplice.

Episodios como el que vivió Sergio son la prueba de que esta lucha es tan necesaria como urgente. No podemos permitir que niños crezcan creyendo que el odio es aceptable. No podemos permitir que las banderas que representan diversidad y orgullo sean arrancadas —en un avión, en una plaza o en cualquier espacio— sin una respuesta contundente.

Nuestro compromiso

Desde Mr. Gay España reafirmamos:

  • No daremos ni un paso atrás en la defensa de la igualdad.

  • La visibilidad es nuestra mayor herramienta para desactivar el odio.

  • La educación es el camino para erradicar prejuicios antes de que se conviertan en violencia.

Cada espacio que pisamos es también un espacio seguro para el colectivo. Y si no lo es, trabajaremos para que lo sea.

Porque la dignidad no es negociable.
Porque el respeto no es opcional.
Y porque la homofobia no tiene cabida en ningún asiento, en ninguna fila, en ninguna clase.