
El famoso paso de cebra arcoíris de Ocean Drive, instalado en 2018 como símbolo de orgullo y diversidad, ha sido demolido por orden del gobernador de Florida, Ron DeSantis. La decisión, enmarcada en una normativa estatal que prohíbe “decoraciones ideológicas” en vías públicas, ha generado indignación dentro y fuera del país.
El paso, construido con adoquines de colores y financiado con fondos municipales y donaciones privadas, se había convertido en uno de los puntos más fotografiados de Miami Beach y en un referente del turismo LGTBIQ+. Su desaparición se ejecutó sin previo aviso, durante la madrugada, dejando tras de sí una capa de asfalto negro.
Las autoridades estatales justifican la medida como parte de una política para “garantizar la uniformidad de las carreteras”. Sin embargo, activistas y colectivos LGTBIQ+ denuncian que se trata de una acción simbólica de censura. “No es una cuestión de tráfico, es una cuestión de orgullo”, señaló uno de los manifestantes concentrados en la zona.
El comisionado Alex Fernández, primer representante abiertamente gay de Miami Beach, calificó la demolición como “una agresión cultural”:
“Gastan dinero público para destruir algo que representaba inclusión, historia y seguridad. No es pintura: es memoria.”
Desde entonces, numerosos artistas y ciudadanos han propuesto recuperar los adoquines originales como pieza de arte urbano o memorial. En redes sociales, la etiqueta #BringBackTheRainbow se ha viralizado como símbolo de resistencia ante las políticas conservadoras que amenazan la visibilidad del colectivo.
El episodio refleja el creciente enfrentamiento entre las iniciativas locales que celebran la diversidad y las políticas restrictivas impulsadas desde el gobierno estatal. Miami Beach, ciudad que durante décadas ha sido refugio y motor del activismo LGTBIQ+, ve cómo su orgullo se tiñe de negro, al menos de momento.
La ciudad de Miami Beach ha respondido llenando sus calles de banderas con el lema “Forever Proud”. La acción, impulsada por el propio ayuntamiento, busca reafirmar el compromiso de la ciudad con la comunidad LGTBIQ+ y dejar claro que el orgullo no se borra con una excavadora. El mensaje es directo: “Forever Proud. Miami Beach.”
Un recordatorio visual de que, aunque el Estado pinte de negro el asfalto, el espíritu de Ocean Drive sigue siendo multicolor.