Torremolinos, cariño, vuelve a estar en boca de todos. Pero esta vez no por sus fiestas arcoíris ni por sus noches eternas de playa, sino por la brillante idea de un promotor que creyó que podía montar un evento “exclusivo” vetando la entrada a homosexuales. Sí, has leído bien: en pleno 2025, alguien pensó que poner “no maricones” en las normas de una fiesta era buena idea.

El resultado ha sido que la Fiscalía de Málaga le pide dos años de cárcel por delito de odio y una inhabilitación para organizar espectáculos. Vamos, que se le acabó el chiringuito. En el anuncio de su fiestecita, este genio del marketing incluyó frases como “no peleas, no drogas, no chanclas, no maricones”. Una lista de “prohibidos” que ya huele a naftalina, ignorancia y heteropatriarcado pasado de moda.

Pero lo mejor viene ahora: el evento nunca llegó a celebrarse. El Ayuntamiento de Torremolinos le dijo un rotundo “no, gracias” y las redes se encargaron de lo demás. En cuestión de horas, el promotor pasó de “organizador de fiesta” a meme nacional. Si buscas “karma” en Google, probablemente te salga su foto con confeti pixelado.

La Fiscalía no se anda con rodeos, considera que el cartel suponía una grave humillación y desprecio hacia el colectivo LGTBI, equiparando la homosexualidad con conductas negativas. Vamos, que lo que pretendía ser “selecto” acabó siendo un claro ejemplo de cómo la homofobia no entra ni en lista ni pagando entrada.

Y ojo, que no es solo el delito de odio: también le caen cargos por injurias a la autoridad (por insultar a la alcaldesa, porque claro, cuando uno mete la pata… la hunde entera). En total, piden prisión, multa y cinco años y pico sin poder montar ni un cumpleaños.

Mientras tanto, Torremolinos —símbolo de libertad, historia y orgullo— sigue siendo lo que siempre fue: un refugio para quienes aman sin pedir permiso. Porque si algo está claro, es que ningún “promotor” va a ponerle candado al amor ni a las ganas de bailar.

Así que ya sabéis, queridas: la próxima vez que alguien diga “sin maricones”, recuérdale que la única fiesta sin nosotros es un funeral social.