Sí, cari, agárrate la peluca que viene historia real y con más plot twist que un capítulo de “Élite”.
Se llama Nicolás Keenan, tiene 28 años, es jugador de hockey de la selección argentina (Los Leones, para más morbo) y podría convertirse en el primer caballero de los Países Bajos.
Y no, no por marcar goles… sino por estar enamorado hasta las trancas de Rob Jetten, político neerlandés, líder del partido D66 y virtual ganador de las elecciones legislativas.

Después de la reina Máxima, que se llevó el corazón de Holanda hace años, ahora llega otro argentino dispuesto a hacer historia.
Pero esta vez no con tiaras ni vestidos: con una sonrisa, un traje de gala y una historia de amor entre hombres que está derritiendo a Europa.

Y es que lo de Rob y Nico no es postureo: es visibilidad, es orgullo, y es una bofetada elegante al machismo con corbata que aún colea por los pasillos del poder.
Porque mientras algunos siguen debatiendo si “el fútbol está preparado para un gay”, este argentino y este neerlandés se pasean del brazo por los eventos oficiales con más glamour que los mismísimos Windsor.

Rob Jetten, conocido por su activismo LGTBI+ y por ser una de las caras más visibles de la nueva política europea, podría hacer historia si llega a ser Primer Ministro.
Y con él, Nico se convertiría en el primer hombre en ostentar el papel de “primer caballero” en la historia de los Países Bajos.
Vamos, churrita, que ni en “La Promesa” se ha visto algo tan icónico.

Desde luego, en España esto nos pilla con la baba colgando y el móvil en modo stalker: porque aquí seguimos soñando con ver algo así en Moncloa.
Imagina: un Presidente gay, su pareja en portada de Vanity Fair, y el Orgullo convertido en fiesta nacional.
Mientras tanto, Holanda lo está viviendo en directo.

Porque lo de Rob y Nico no va de títulos ni de trajes caros, sino de algo mucho más importante, dar la cara, quererse sin miedo y representar una nueva generación donde el amor no entiende de protocolos.

Así que, si Máxima fue reina por amor, Nicolás Keenan apunta a ser el rey del Orgullo europeo.
Y aquí, desde la madre patria del salseo y la bandera arcoíris, solo podemos decir:

Viva el amor, el hockey y los políticos que saben lo que hacen dentro y fuera del despacho.