No es una frase cualquiera. No es una confesión buscada por el morbo. Es una decisión consciente.
Eduardo Casanova ha hecho pública su condición serológica y ha dicho, alto y claro, que tiene VIH.

El actor y director, una de las voces más personales y valientes del cine español, ha compartido esta realidad en una entrevista reciente, explicando que no ha sido fácil decirlo, pero que sentía la necesidad de hacerlo. No por exposición, sino por responsabilidad y visibilidad.

“Es la confesión más difícil de mi vida”, reconoce. Y lo dice sin dramatismos, sin victimismo y sin esconderse. Porque, como él mismo ha señalado, el verdadero problema no es el VIH, sino el estigma que aún lo rodea.

Casanova convive con el virus y sigue tratamiento médico, como miles de personas en España. Una realidad que sigue siendo invisible para muchos, pese a los enormes avances médicos que permiten llevar una vida plena y, en la mayoria de los casos, con carga viral indetectable, lo que implica que no hay transmisión. Aun así, el miedo social y el silencio siguen pesando.

Su testimonio llega en un momento clave, mientras presenta nuevos proyectos artísticos y continúa utilizando su voz para incomodar, cuestionar y abrir debates necesarios. Esta vez, el foco no está en la ficción, sino en la vida real. En una verdad que todavía cuesta decir en voz alta, incluso en 2025.

Desde Mr Gay España, celebramos y agradecemos este gesto. Porque dar la cara sigue siendo necesario, porque la visibilidad salva, acompaña y educa. Y porque referentes públicos hablando de VIH ayudan a desmontar prejuicios que siguen haciendo daño.

Hablar de VIH no debería ser una excepción ni una valentía extraordinaria.
Debería ser normal.
Hasta que lo sea, voces como la de Eduardo Casanova siguen siendo necesarias.