Jesús proviene de la hermosa isla de Tenerife. Con sus 32 años de edad, ocupa el segundo lugar entre sus seis hermanos y tiene la dicha de ser tío de cuatro sobrinas que alegran su vida. Desde temprana edad, Jesús supo lo que era luchar y perseverar.

A sus 16 años, Jesús comenzó a trabajar mientras continuaba sus estudios, embarcándose en una experiencia en la hostelería. Sin embargo, su paso por el instituto fue una época difícil que guarda en su corazón con cierta amargura. Su singular personalidad se convirtió en objetivo de críticas y risas burlonas. Incomprensiblemente, la simple presencia de Jesús era motivo de mofa. Esto lo hizo sentirse inferior a los demás, y sus pasos siempre se dirigían hacia el suelo. Aunque encontró personas valiosas a lo largo de ese camino, esa etapa de su vida dejó una huella complicada y recuerdos que prefiere dejar atrás.

Fue en el momento en que Jesús decidió dejar su lugar de origen y aventurarse a vivir en la capital, donde pudo dar rienda suelta a su pasión por el arte y el Diseño de Moda, una llama que siempre había ardido en su interior. Este cambio supuso una verdadera transformación en su ser. Juró no permitir nunca más que nadie lo hiciera sentir inferior y se comprometió a ser fiel a sí mismo, orgulloso de la persona que es. A partir de ese momento, con una liberación personal tan enriquecedora, se sumergió en el fascinante mundo de la moda y encontró su lugar trabajando para una prestigiosa firma española. Además, decidió plasmar su creatividad en su propia marca de complementos masculinos, la cual cosechó éxitos durante cinco años antes de cerrarla, justo antes de que la pandemia llegara, para abrir espacio a nuevas ideas y reinventarse.

Dos años después, tras el cierre de la marca para la que trabajaba, Jesús encontró la determinación necesaria para rescatar un proyecto que había dejado en pausa. Así nació su nueva marca de faldas, una expresión de libertad y empoderamiento. Con ella, busca derribar estereotipos y transmitir al mundo que el uso de faldas no está ligado a las preferencias sexuales, sino que puede ser una declaración de una nueva masculinidad. Jesús se atreve a explorar nuevos caminos, desafiando las convenciones y abriendo las puertas a una visión renovada de lo que significa ser hombre.

Cuando se presentó la oportunidad de participar en el concurso de Mr. Gay España, Jesús supo de inmediato que podría brindar ayuda y apoyo a todas las personas seropositivas que, al igual que él, han atravesado esa experiencia. A pesar de los avances logrados, hablar sobre el VIH sigue siendo un tema tabú en nuestra sociedad.

Jesús, consciente del poder transformador de su historia, se planteó una noble misión al considerar presentarse como candidato a Mr Gay España. Desde el primer instante, comprendió el valor y el apoyo que podría brindar a todas aquellas personas que, al igual que él, viven con el VIH. En la sociedad actual, a pesar de los avances alcanzados, este tema aún permanece rodeado de tabúes y desconocimiento.

Convertirse en un embajador como persona seropositiva indetectable, habiendo cargado con esa realidad desde los 18 años, representaría un medio efectivo para educar y sensibilizar a la sociedad. Jesús aspira a compartir la verdadera naturaleza del tratamiento, revelar el significado de ser indetectable y subrayar la importancia vital de promover la prevención y la educación sexual tanto en los hogares como en las escuelas.

Su historia se convertiría en un testimonio poderoso y esperanzador, impulsando un cambio positivo en la forma en que la sociedad percibe y aborda el VIH.

Contribuiría a construir un mundo donde la prevención y la educación sexual sean pilares fundamentales, fomentando una sociedad informada y empática que celebra la diversidad y valora a todas las personas por su auténtico ser.