Cuando decidí presentarme al certamen de Mr Gay Pride España ya hace algunos años, jamás imagine la repercusión y el impulso que tendría en mi vida tanto a nivel profesional como personal.
Ser una persona con discapacidad en concurso de belleza no fue fácil y no porque el certamen nos lo exigiera, sino porque nuestra sociedad actual no esta acostumbrada a catalogar a las personas con discapacidad como bellas.
Presentarme fue un acto de rebeldía, una forma de gritar al mundo que estaba seguro de mi mismo y que era capaz. Capaz de desmontar prejuicios y estigmas sociales y dar voz a todas aquellas personas con discapacidad tanto dentro como fuera del colectivo.
Mentiría si dijese que el miedo no se apoderó de mi en algunos momentos del certamen o en alguna de sus fases. Todos y cada uno de los chicos venían muy preparados y ahí estaba yo, repleto de ilusión y ganas de demostrar todo lo que tenia para dar.
De todos, entre la multitud, pude proclamarme ganador a nivel provincial y representar a Alicante en la gala final, todavía me sigo emocionando al recordar ese momento.
Debo decir, que desde el principio me sentí muy querido y arropado por parte de la organización y mis compañeros; y lo mas curioso, es que me sentí valorado por quien era y no por como era o la discapacidad que tenía.
En todo momento fue algo que quedó totalmente al margen del concurso, hice las mismas pruebas, desfilé por igual en la pasarela y me convertí en un aspirante más a Mr Gay Pride España.
A fin de cuentas, eso es la verdadera inclusión, dar visibilidad a algo real, a algo que pertenece a nuestra sociedad desde siempre, sin ser especial, sin sentirme diferente.
Todos y cada uno de nosotros teníamos nuestras vivencias, nuestra visión para este certamen y las mismas ganas de vivir una experiencia única.
Al margen del certamen pude vivir un fenómeno “hate” increíble, mucha gente sin conocerme ya se creía con derecho a opinar si había hecho bien o no, en presentarme a un concurso de belleza siendo una persona con discapacidad, como comentaba al principio, la realidad no era lo que yo estaba viviendo, la verdadera realidad estaba fuera, en las calles, las redes sociales, los colegios, los hogares, etc.
El desconocimiento social siempre será nuestro peor enemigo, cuando algo no se ve o no se conoce, aparece ese miedo que nos incita a excluir a las personas. En mi caso la doble discriminación estaba a la orden del día por el mero hecho de pertenecer al colectivo y tener una discapacidad.
Desde dentro del certamen, no era consciente de lo que significaría no solo para mí, sino para otras muchas personas.
Sin apenas darme cuenta, di voz a mucha gente, gente que tenía miedo de mostrarse tal y como era con el fin de evitar esa doble discriminación, ese doble ataque, victimas a fin de cuentas, de ese desconocimiento social.
El certamen llegó a su fin otorgándole la victoria a otro candidato y regalándome a mi algo mucho mas valioso de lo que jamás me pude llegar a imaginar.
Mr Gay Pride España me enseñó el verdadero significado de la palabra victoria.
La visibilidad, la importancia de los medios de comunicación, redes sociales etc.
Gracias a esa visibilidad pude darme cuenta el gran trabajo que aún nos queda por hacer con el fin de concienciar a nuestra sociedad sobre valores de diversidad.
Así que desde ese momento me dedico a ello, rompo una lanza a favor de la inclusión y animo a todas aquellas personas a acabar con el miedo, las inseguidades; pero sobre todo, a ser felices.