Santiago Rivero, diputado por el Partido Socialista en la Asamblea de Madrid. Referente activista LGTBI.

El primer contacto que tuve con el certamen de Mr Gay Pride España fue hace ya muchos años, en una terraza de verano durante mi estancia en Sevilla. En aquel momento no le presté demasiada atención, pero me sorprendió ver a algunos chicos que se presentaban. Y me sorprendió porque, cuando mencionan un “concurso de belleza”, se te viene a la cabeza hombres de más de 1.80, musculados y con una sonrisa perfecta. Pero lo cierto es que poco había allí de ese prototipo.

Los chavales que se presentaban eran diversos, en sus orígenes, en sus cuerpos y en sus bellezas. Y eso, en aquel momento, me hizo reflexionar.

La belleza es una construcción social que consiste en cumplir una serie de requisitos. Pero vivimos en una sociedad diversa, y tan diversa. Entonces me planteo, ¿hay solo un modelo de belleza?, ¿a todas y todos nos gusta, físicamente hablando, solo un tipo de chico o de chica?

O por el contrario, ¿esta sociedad diversa e inclusiva en la que vivimos crea varios y diversos modelos de belleza? Y esto, a pesar de las múltiples discriminaciones que muchas personas siguen sufriendo hoy por su estado o aspecto físico. Y en el caso de hombres gays o bisexuales, hablo expresamente de la plumofobia, de la gordofobia o de la discapacidad.

Y entonces pensaréis, ¿qué haces escribiendo un artículo para Mr Gay Pride España? Pues precisamente por ello escribo un artículo para este certamen. Porque creo que Mr Gay Pride España ha ido evolucionando a lo largo de los años y representando precisamente, esa diversidad en los modelos de bellezas que existen en la actualidad.

Pero para aquellos que no lo sepan, el certamen no se resume en juzgar a los chicos en función a si nos gustan más o menos físicamente.

Cuando se me ofreció la posibilidad de formar parte del jurado tuve dudas, no lo voy a negar. Tuve dudas porque yo iba en representación de una de las organizaciones LGTBI más longevas e importantes de España, e iba a ser el primero que representara en este certamen a la organización. Y entonces pensé, ¿cómo voy a rechazarlo? ¿no es uno de los principales objetivos de la organización ocupar tantos espacios como sea posible para hablar de nuestra reivindicación? ¿voy a perder la oportunidad de estar frente a miles de personas que se congregan cada año en la Puerta del Sol, (aunque este año se celebrará en la Plaza de España) y de poder introducir nuestro discurso? Y a pesar de las dudas, así lo hice, y ahí me senté, sin ser nadie, rodeado de famosos, deportistas y personalidades de la televisión.

He participado en dos ocasiones como jurado en el certamen, en la edición de 2018 y en la de 2019. Todavía recuerdo cómo en la primera edición el presentador del evento me dió el micrófono para que le preguntara a alguno de los chicos. Yo no había preparado ninguna pregunta (en realidad no sabía que tenía que preguntar), pero lo tuve claro. Entre los participantes estaba Fran Alvarado (que se proclamaría Mr Gay Pride España 2018), y entonces le lancé una pregunta sobre salud sexual y VIH. Un viernes de Madrid Orgullo, la Puerta del Sol a reventar, y un candidato a Mr Gay Pride España hablando sobre la pandemia que todavía nos acecha y que, además, dentro del colectivo, tanto daño a nivel social sigue haciendo. Pues era real, estábamos hablando de un tema activista que consideraba vital.

Pero el año 2019 no pude evitar emocionarme. Cuando llegué al backstage, me dí cuenta que estaban varios compañeros de la Fundación 26 de Diciembre (mayores LGTBI). Mi querida “Antonia” (Federico), los estaba liderando. Y al principio pensé, bueno, les habrán invitado a esta zona para que vivan el evento desde primera fila. Pero cuál es mi sorpresa, que cuando ya estoy sentado entre el jurado, empiezan a desfilar junto a los candidatos, los compañeros de la Fundación.

No pude evitar acordarme de Ramón, coordinador de Mayores de COGAM, que había fallecido hacía algún año, no pude evitar visualizarle allí, con su sonrisa, con su timidez, pero con su paso firme en la lucha por la visibilidad y por los derechos. Aquel acto de solidaridad intergeneracional, de mostrar que la belleza no tiene edad, fue un bonito homenaje a todos aquellos Ramón que tanto habían luchado porque hoy la gente de mi generación tengamos derechos, dando incluso la vida por ello.

Y no puedo evitar emocionarme también pensando en Víctor, paisano mío onubense que se presentó en la edición de 2019. Un “tío de campo”, abiertamente gay, llevando el arcoíris y la visibilidad a los entornos rurales en los que todavía nos falta ese “empujón” para que las personas LGTBI no tengamos que emigrar. Ví sus ojos, su ilusión, su orgullo. Mereció la pena.

Este año tenemos a Allan, activista trans, rompiendo moldes y techos de cristal. Porque los chicos trans existen, porque los chicos trans pueden ser heteros, bisexuales, pero también gays. Va a ser una edición cargada de diversidad y de alegría.

Feliz Orgullo 2022 a todas y a todos

Santi Rivero